EL MUSEO DE ARTE DE LIMA EXPONE EN FORMA VIRTUAL SU COLECCIÓN EN LINEA
- 3nfoques
- 25 jul 2020
- 2 Min. de lectura

Los efectos de la pandemia global producto del coronavirus están provocando cambios en nuestra vida social, que incluyen nuevos patrones culturales debido al impacto de las nuevas tecnologías, desde el teletrabajo y el uso intensivo de smartphones a mecanismos transaccionales y de comercio electrónico. Estos cambios impactarán en nuestras formas de desplazamiento, lo que tendrá un efecto en la dinámica de las ciudades y en nuestra relación con el espacio público.
Pero la pandemia también ha revelado la fragilidad del sistema cultural, y en el caso peruano ha puesto de manifiesto el precario y casi inexistente uso de la tecnología en nuestros museos. Un levantamiento no exhaustivo de los museos peruanos revela que con la excepción del Museo Larco, el MUCEN (Museo del Banco Central de Reserva del Perú) y el MALI (Museo de Arte de Lima) no hay muchas colecciones disponibles al público de forma online. Para contrarrestar o apañar tal precariedad, muchas instituciones culturales vienen realizando eventos por Zoom, recorridos “virtuales” y han aumentado la producción de contenidos digitales. Sin embargo, nada de esto será relevante en el largo plazo si no se acompaña de cambios más sistémicos y profundos en el uso de la tecnología, no solo en el medio digital, sino también en el físico. La nueva normalidad que nos impondrá la pandemia generará una transformación tecnológica y cultural sin precedentes en los museos.
Sin embargo, donde drásticamente va a cambiar nuestra relación con los museos será en las experiencias digitales que deslocalizarán el espacio del museo, convirtiéndolo en un medio omnipresente. El museo digital opera dentro de un gran archivo que es a su vez un medio de distribución: el internet, que permite empaquetar, producir, reconfigurar, relacionar y distribuir contenidos. Pero dichas posibilidades no se generan de la nada, se requieren de plataformas –con contenidos digitalizados y organizados– lo suficientemente flexibles para que sus usuarios sean capaces de imaginar circuitos heterogéneos a los relatos formales, construyendo así originales narrativas. Las colecciones digitales de los museos –cuan enciclopedias universales del siglo XXI– cumplirán una función esencial conectando y recomendando contenidos afines, convirtiéndonos, como menciona Nicolas Bourriaud, en unos semionautas culturales. La experiencia de visitar un museo en el medio digital nos permitirá ir en búsqueda de aventuras que enriquezcan nuestras impresiones y percepciones.
Los cambios que se vienen para los museos son drásticos, pero si son bien implementados y consideran en todo momento al visitante como eje de la experiencia, pueden traer cambios positivos en los comportamientos de los ciudadanos, que combinarán la experiencia física con la digital de manera natural.
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