Héroes de blanco

Días difíciles los que estamos viviendo. En estos instantes muchos héroes anónimos batallan, alejados de sus familias, poniendo en riesgo sus vidas.

Son nuestros HÉROES de blanco quienes junto a policías, militares, bomberos, trabajadores de limpieza y otras personas enfrentan a este mal que trata de arrinconarnos. Saben que “Su primordial ocupación es ocuparse de sus semejantes con bondad, modestia, compasión y moderación”. Ellos exponen sus vidas y ponen a prueba toda su sapiencia y su amor para mantener la salud y salvar nuestras vidas.

Allí están, armados con la tersura de su blanco uniforme y ataviados por el cansancio, siempre prestos a auxiliarnos hasta más allá de sus posibilidades. Platón, hace miles de años se refería a ellos: “Donde quiera que se ama el arte de la medicina se ama también a la humanidad” y es lo que están haciendo en todo el mundo. Nuestros anónimos héroes no esperan medallas y menos pomposos reconocimientos simulados, ellos lo único que desean es que nosotros nos cuidemos, nos quedemos en casa y sigamos sus indicaciones: ese es el aplauso que reconfortará su labor y su espíritu y esa será la motivación para continuar su altruista misión de continuar salvando vidas.

En estos días, hemos experimentado, entre tantos males, que podemos evitar grandes problemas si nos aferramos a la familia, a la prevención mediante la limpieza y mediante la no exposición al latente peligro, y siguiendo las recomendaciones de nuestros héroes de blanco. Lamentablemente, aún sufrimos de otros males que nos vuelve cada vez más inhumanos: no olvidemos que “Hay enfermedades del alma más perniciosas que las del cuerpo” porque la “Estupidez insiste siempre”.

Las enfermedades, las plagas y las pandemias a pesar de ser devastadoras pasarán, de nosotros depende el tiempo que nos tendrá entre sus garras, de nosotros también dependerá su retorno, porque los males de esta pandemia no están muertas, apenas harán una pausa y estarán a la espera del menor de nuestros descuidos o aprovecharán la oportunidad de nuestra negligencia: “A grandes males, grandes remedios”. Tenemos miedo y sabemos que todo esto es un estado transitorio: debemos obrar con responsabilidad. Ojalá los de mandil blanco fueran inmortales: respetémoslo y contagiémonos con su noble misión “Un héroe es todo aquel que hace lo que puede”. No hagamos más pesada la carga que llevan en sus mandiles.